Thursday, April 11, 2013

La Misma Luna


“Estoy listo para ir a Los Ángeles, Mami.
Ya lo sé mi amor.
Y hablo bien el inglés.
Estoy trabajando muy duro para que vengas pronto.
Eso siempre me dices.”
(La Misma Luna, 6:05)

La película “La Misma Luna” es muy importante porque se trata de una situación extremadamente delicada.  Inmigración es un asunto político, pero a la vez es bastante personal.  En cada situación es distinto.  Hay diferentes motivos y complicaciones para todas las personas que pasan a los Estados Unidos sin documentación.  En este caso, Rosario (la madre de Carlitos) cruza el bordado para encontrar trabajo para que Carlitos pueda vivir una vida mejor.  Como madre soltera, no sabe cómo proveer para su hijo de otra manera.  Ella quiere estar con su hijo pero se le hace difícil hacer los trámites para recibir documentación y traerlo a Los Angeles.  Para uno que no conoce, la solución para el problema de la inmigración (y es un problema tanto para los inmigrantes como para los ciudadanos) parece muy fácil: enviar a toda la gente no documentada de vuelto a su país.  Sin embargo, cuando uno realmente conoce cada persona y cada situación, se da cuenta que esto no es fácil, no es sencillo, y no es lo correcto en cada situación.

Esto me hace pensar en el libro “Ender’s Game.”   Es una historia futurística de un niño (Ender) bien inteligente que fue escogido para una esquela militar en espacio.  Estos niños son entrenados para luchar contra los “buggers” (extraterrestres con tecnología avanzada y peligrosa).  Todos los niños se les enseña matemática, tecnología, estrategia militar, etc., pero Ender también estudia a los buggers.  Porque él les estudia tan a fondo, entiende porque hacen lo que hacen y cómo piensan.  Con este entendimiento, empieza a amarles y ya no quiere destruirles.  Así es con todas las cosas.  Cuando realmente llegas a entender una persona; porque hace lo que hace y cómo piensa, inevitablemente te das cuenta de que realmente no es tan diferente. 

Cuando conocemos la historia de Carlitos y Rosario, ya no queremos deportar a Rosario.  ¡No queremos que envíen Carlitos de vuelta a México!  Queremos que estén juntos y que puedan estar felices porque entendemos porque hacen lo que hacen y les queremos.  Ojala procuráramos entender bien las cosas antes de juzgarlas.


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